Importancia del periodista con ética
Tomado del libro: Periodismo,
Instructivo de Redacción
Autor: Agustín Cruz Paulino
Tómese un minuto
y reflexione acerca de estas tres interrogantes:
¿Qué es un
periodista con ética? ¿Qué es un periodista capacitado? ¿Qué es un periodista
consciente de su función profesional y humana?
Es posible que
usted esté consciente de lo que implica para un profesional de la comunicación
poseer esas tres virtudes, pues son muy pocos los que reúnen tales
características, aunque no es difícil poseerlas; pero las acciones malignas que
se presentan en la práctica de informar a la colectividad se convierten en algo
así como una apetitosa miel fácil de agarrar (dinero, favores y sexo) a cambio
de decir ciertas cosas, de no decir ciertas cosas, o ignorar ciertas cosas.
Si le
preguntáramos a cualquier estudiante de periodismo si estaría en disposición de
ser un profesional de la comunicación poseedor de esos tres elementos (ética,
capacidad y conciencia) es seguro que nos diría que sí. La verdad es que nos
gustaría que cada ciudad contara, por lo menos, con dos periodistas
cultivadores de tales elementos.
Por lo antes
dicho, hagamos algunos breves enfoques relacionados a la siguiente
interrogante:
¿Qué importancia
tiene para la sociedad un periodista con ética, capacitado y consciente de su
función profesional?
La importancia de
éste es más grande y significativa que la imaginada por muchas personas. El
periodista es el ente de equilibrio en cualquier sociedad. Quienes han llamado
a la prensa “El Cuarto Poder” no lo han hecho por simple romanticismo, sino
partiendo de una realidad objetiva, en el sentido de que la prensa, si el
periodista desempeña su profesión con responsabilidad, ética y conciencia,
puede quitar y poner gobiernos, y hasta lograr que los pueblos se rebelen
contra sus autoridades o determinadas naciones.
Un país que
cuente con periodistas con una buena base profesional, cultural, un elevado
grado de ética y comprometidos con el desarrollo de sus comunidades, ayudarían
sobremanera con los esfuerzos gubernamentales para superar las múltiples dificultades
educacionales y a evitar enfermedades que frecuentemente azotan a la población
más desposeída de recursos económicos.
Si el diez por
ciento de los periodistas tuviéramos ética, consciencia social y buena
formación profesional, podríamos cambiar este mundo y hacer de él algo
diferente, donde no existan las guerras ni el hambre ni la violencia.